Las condiciones para esta toma no fueron ideales, ya que estaba prácticamente de frente al sol. Aun así, la imagen es grandiosa. Tal vez por el resplandor del sol, la inminente presencia de las montañas al fondo o, más probablemente, el poderoso arco de giro que la propia ballena ejecuta al salir del agua. Fotógrafo: Sean Neilson