La tirolesa de Hoonah no es para todo el mundo. Cuando la serpenteante línea de espera se acercó más a las puertas, una pareja se dio media vuelta y regresó al autobús. El truco es – el mismo que utilizo en los taxis de Nueva York – cerrar los ojos durante los primeros 10 segundos, mientras se acelera hasta 96 Km/h (60 mph). Parece que tu mente lo resuelve todo, "¡Vaya!, tal vez sobreviva". Después de eso, el resto es pura diversión. Esta vista es desde la parte inferior de la tirolesa. El viaje dura 90 segundos.

The Hoonah zip-line, it's not for everyone. As the line snaked towards the gates, one couple turned and headed back to the bus. But here's the trick – same one I use in New York City taxis – just close your eyes for the first 10 seconds while you accelerate to 60 mph. Then your mind seems to resolve it all, “Hey, I'll probably live”. After that it's totally, totally fun. This is the view from the lower part of the zip-line. The ride is 90 seconds long. Photographer: Bill Eichenlaub