¡Vaya! ¡Un tobogán natural de agua en un soleado día de verano! ¿Por qué no saltamos y nos deslizamos por él? Lo cierto es que los arroyos de los glaciares no duran mucho. A mis espaldas, el agua se sumerge en un enorme agujero que desaparece dentro del glaciar. Adiós, agua… Fotógrafo: Bill Eichenlaub